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Las claves del ahorro energético

Gracias a la eficiencia energética, el consumo responsable, medido y acotado de la energía genera un plus en la rentabilidad de los negocios.

A solo tres meses de asumir la presidencia, Alberto Fernández se encuentra ante un escenario complejo en materia de energía y tarifas. Su primer impulso fue congelar los precios de los servicios para con- tener la inflación y brindar “alivio” a los sectores más castigados, pero esa medida no puede sostenerse en el tiempo de manera indefinida. Lo cierto es que las tarifas en la Argentina nunca dejaron de estar subsidiadas y presentan valores muy inferiores a los que registran sus vecinos de la región. Esto se debe a dos mecanismos que ope- ran en forma simultánea: por un lado, el valor en dólares del gas está “pisado”; por el otro, se mantiene una alta proporción de subsidios en las tarifas.

Este combo tiende a generar cada vez mayor presión, lo que lleva a pensar que el congelamiento no gozará de una larga vida. Ante este panorama, todo hace suponer que, en el corto o mediano plazo, las tarifas volverán a subir.

Debe tenerse en cuenta que en países como Brasil, Uruguay y Chile las tarifas rondan los USD 125-130 MW/h mientras que en la Argentina se pagan USD 70, aunque el costo de producción es similar en todos los países mencionados.

Eficiencia energética

En el contexto actual, el costo de la energía para las empresas se hace cada vez más pesado. Por eso, al igual que sucede en los países más desarrollados, el concepto de “ahorro energético” llegó para quedarse y se difunde con rapidez entre los grandes consumidores.

La eficiencia energética puede alcanzarse de múltiples maneras, pero existe un doble aspecto clave: la constancia y dedicación. Para ser realmente eficaces, es vital sostener el compromiso de la reducción del consumo a lo largo del tiempo.

En nuestra consultora GB4A creemos que es muy importante el desarrollo de un departamento de gestión de la energía dentro de la empresa, ya sea propio o tercerizado; es la única manera de asegurar que el consumo se mantenga en niveles cercanos al óptimo a largo plazo. En todo el mundo desarrollado, las empresas ya lo tienen. Las que no, indefectiblemente se quedarán atrás y perderán competiti- vidad, ya que el costo energético será, cada vez más, un componente fundamental de la estructura de costos.

Las oportunidades de ahorro están allí y es necesario identificarlas, medirlas, analizarlas y cuantificarlas para, finalmente, proceder a su implementación. Luego, en un círculo virtuoso de mejora continua, se vuelve a empezar el ciclo y así de manera indefinida.

En nuestra experiencia, prácticamente todos los clientes pueden aho- rrar energía con rapidez y sin realizar grandes inversiones. Gran parte de ese ahorro energético surge de una simple toma de decisiones, como efectuar cambios en el seteo de una máquina o la reconfiguración de una conducta o costumbre de trabajo por parte del personal.

Incluso, existen oportunidades en la gestión de la compra de energía, que es compleja y puede incluir variaciones. Los ahorros se originan tanto al adquirir la energía lo más barata posible como al consumir la fuente óptima para la actividad que desarrolla la empresa.

Desde el punto de vista técnico, nuestra consultora empieza por identificar cuáles son los procesos que implican mayor consumo. Normalmente se puede aplicar el principio de Pareto, el cual establece que el 80% del consumo está generado por el 20% de los procesos. Esto simplifica mucho el camino del ahorro, ya que permite enfocarse en aquellas medidas que generan un alto impacto en el consumo.

Industria 4.0

En GB4A consideramos que aquello que se mide se conoce en profun- didad, lo que permite tomar mejores decisiones. Así, recomendamos a las empresas la implementación de sistemas de medición de consumos

–ya sean eléctricos, de gas, agua o vapor– que permitan la generación de datos. Esta información luego será utilizada para realizar análisis precisos basados en el consumo en tiempo real, lo que llevará a tomar decisiones que generen ahorro.

Con el avance de la tecnología, y en especial del concepto IOT (Internet de las cosas, por sus siglas en inglés), hoy es posible medir en tiempo real y monitorear en forma remota prácticamente todo. No solo el consumo de un circuito eléctrico, sino también el tiempo que permanece abierta una cámara frigorífica o la cantidad de vapor que se desperdicia en una caldera, entre otros. Esta medición genera alarmas, que son enviadas al cliente en el momento en que se pro- duce el desvío para su corrección inmediata. También brinda la posibilidad de generar reportes que, mediante un análisis profundo, sirve para determinar la existencia de consumos innecesarios que, al final del día, suponen el foco del ahorro.

El futuro y su costado normativo

La ISO 50.001 es la norma que certifica que la empresa es ener- géticamente eficiente: se alcanza mediante la puesta en práctica de todo lo mencionado anteriormente y al documentar cada acción de manera adecuada. Es el futuro de la gestión energética en la industria y, en gran medida, es un paso hacia la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente.

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