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El lugar ideal

Ubicado en Victoria, provincia de Buenos Aires, el Palacio Sans Souci mantiene firme la grandeza y elegancia de las casas ideadas por la alta sociedad porteña que tomaba a la arquitectura francesa como modelo. Hoy día se convirtió en el escenario soñado para organizar un prestigioso evento, un casamiento inolvidable o una cena encantadora.

Tener la oportunidad de pasar unas horas, una velada o una noche en el Palacio Sans Souci es un privilegio que, sin duda, uno siempre recordará. Al palacio, ubicado en un elegante suburbio norteño de Buenos Aires, se llega luego de franquear un gran portón de hierro forjado que da paso a un parque y a un imponente edificio de estilo neoclásico.

Su historia es digna de ser contada, ya que refleja el devenir de la aristocracia porteña durante el siglo XX. En 1911, los hermanos Carlos María, Josefina y Elisa de Alvear viajaron a París con sus respectivas parejas en busca de alguien que diseñara sus residencias. Los tres matrimonios eligieron al arquitecto entonces de moda, René Sergent (quien construyó, por ejemplo, el Hôtel de Camondo en París, que hoy es un museo), considerado el mejor de la época en estilo versallesco. El eximio profesional diseñó el Palacio Bosch para el matrimonio de Elisa y Ernesto Bosch (hoy, la residencia oficial del embajador de los Estados Unidos), el Palacio Errázuriz para Josefina y Matías Errázuriz (actual Museo de Arte Decorativo) y el Palacio Sans Souci para Carlos María y su familia, que empezó a edificarse en 1914 con el objetivo de convertirlo en residencia veraniega. Inspirado en Versalles y la arquitectura clásica en general, el palacio cuenta con 5000 metros de edificación, 25 dormitorios de siete metros de altura cada uno, 14 baños en suite, innumerables salones, un jardín de invierno art nouveau con cristales biselados y una amplia galería con columnas dóricas que da a los jardines diseñados por el famoso paisajista Carlos Thays. El Palacio Sans Souci fue inaugurado en 1918 con una gran fiesta a la que acudió toda la sociedad porteña de entonces, y también celebró el año pasado su primer centenario.

Entre los materiales utilizados para la construcción del edificio se destacan las fachadas de símil piedra, las escaleras de mármol de París y muchos detalles en símil mármol creados por artesanos suizos del cantón italiano, además de que todas las carpinterías fueron realizadas en roble de Eslavonia. El salón Imperial está iluminado por una gigantesca cúpula de hierro y cristal rodeada por una galería: desemboca en una escalinata que es réplica de la ubicada en el Palacio de Versalles. El salón Dorado, por su parte, cuenta con paredes tapizadas con brocato y oro a la hoja, y la galería alta equivale a tres pisos de una construcción moderna.

En 1940, el Sans Souci fue adquirido por el cardenal Copello quien, antes de morir, lo legó a la Curia metropolitana. Tras años de deterioro que dejaron al palacio en virtual abandono, fue comprado por la familia Durini, que procedió a restaurarlo durante las décadas de 1960 y 1970, y logró devolverle al lugar su gloria pasada.

Hoy día, el Palacio Sans Souci está dedicado exclusivamente a la actividad comercial: esta joya arquitectónica suele servir de set para eventos sociales (casamientos, cumpleaños, fiestas de 15, Bat Mitzvah, Bar Mitzvah y fiestas privadas), corporativos (lanzamientos de productos, eventos de prensa, fiestas de fin de año, cocktails y cenas o almuerzos privados) o producciones audiovisuales (publicidades, películas, series y books fotográficos). Si la ocasión es un casamiento, la propuesta puede incluir la magnifica “Suite de Novios”, recién renovada y con su terraza que da a los jardines. Las paredes están decoradas con los exquisitos murales de Sofía Willemoës, que acompañan el mobiliario de Manifesto, la ropa de cama de Ramos Generales y la iluminación de Lucía Bellani-Hikari. El lugar cuenta con servicio de desayuno y está disponible no sólo para los novios, sino también para todos aquellos amantes del art de vivre que quieran disfrutar de una experiencia mágica.

Otro de los espacios accesibles para disfrutar del entorno es el exclusivo restaurante “La Taberna del Palacio”, donde cada semana se organiza una cena con una temática en particular. Los menús preparados por profesionales destacados, los vinos provenientes de afamadas bodegas y la música permiten pasar veladas encantadoras.

Un espacio versátil

El Palacio Sans Souci alquila sus salones principales (Imperial, Azul y Dorado), su jardín de invierno, su galería y terraza y sus jardines para eventos de de 50 a 1000 personas de pie y 400 sentadas. Fue el lugar elegido para la producción de campañas de marcas como Pantene, Azzaro, Peter Kent o Ser, y también para la filmación de películas como Evita, de Alan Parker, y Tetro, de Francis F. Coppola, o de series televisivas como Violeta. Incluso la modelo y presentadora Carolina “Pampita” Ardohain realizó hace apenas unos días la “boda del año” en este prestigioso entorno.
En mayo pasado, el Sans Souci acogió la primera edición de Wedding Palace & Events, a cargo de Cachemir Experience, que presentó un ciclo de conferencias, degustaciones gourmet, música y maquilladores en vivo y congregó a los más destacados profesionales del sector casamientos y eventos. Creadores de vestidos y accesorios y joyas, decoradores, diseñadores, casas de catering, florerías, agencias de viaje, DJ, maquilladoras y wedding planers colmaron los salones del Palacio, que brillaron más que nunca para recibir al público.

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