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El líder del siglo XXI

¿Qué hace falta para motivar al personal, o se motiva solo? ¿Cuáles son las características de un líder actual? ¿Qué buscan los millennials en un trabajo? Aquí, todas las respuestas.

• ¿Cómo generar y mantener la motivación de los empleados a pesar de los cambios de rumbo?
• ¿Cómo adaptarse a los cambios generacionales?
• ¿Cómo generar mejores resultados en un mundo progresivamente más caótico y competitivo, contando cada vez con menos recursos, para satisfacer clientes cada vez más exigentes?

Los principales desafíos para el líder del siglo XXI

Respuestas habituales por parte de muchas empresas y dirigentes:

1. Bajar los costos
2. Reducir la estructura
3. Bajar los gastos fijos
4. Mejorar la productividad de la mano de obra

Bajar todos los costos es necesario, pero hacerlo en forma indiscriminada es una estrategia de corto plazo que tiende a:

- achicar la empresa
- perder competencias
- hacer huir a los talentos

¡En muchos casos, la empresa se achica tanto que desaparece!

Entonces, ¿qué hacer?

Poner en práctica conceptos y herramientas que permitan lograr la máxima eficiencia y el bienestar de la gente. En otras palabras: desarrollar e implementar un sistema de excelencia.
El líder del siglo XXI debe buscar la excelencia, pero ¿qué es eso?

Es el estado de una organización que ha logrado la máxima satisfacción sustentable de todas las partes vinculadas con ella (stakeholders): clientes, accionistas, proveedores, el personal y la comunidad.

¿Y qué es un sistema de excelencia?

Es un conjunto de:

- Procesos operacionales (métodos de trabajo y gestión), optimizados y fiables
- Personas, motivadas y competentes

Como en un iceberg, la parte invisible (los principios, valores, emociones, pasiones, actitudes y los comportamientos de las personas) es la más importante del sistema de excelencia.

¿Por qué el líder del siglo XXI tiene que implementar un sistema así?

Porque necesita mejorar la eficiencia de su empresa o equipo, y la eficiencia es el fruto de una “fórmula” basada en la motivación y las competencias de la gente, y en el cumplimiento de procesos robustos, eliminando todos los desperdicios:

E = MC²P/D

Donde
E es Eficiencia
M es Motivación
C es Competencias
P es Procesos
D es Desperdicios

Entonces, para aumentar la eficiencia hay que:

1. Aumentar la motivación y las competencias de la gente,
2. Aplicar procesos robustos; y
3. Eliminar los desperdicios

Cuando hablamos de procesos, hablamos de cómo hacer.
Cuando hablamos de competencias, hablamos de:

+ Saber (conocimiento)
+ Saber hacer (habilidades)
+ Saber ser (actitud, comportamiento)

Cuando hablamos de motivación, hablamos de:

- Querer hacer
- ¡No motivamos a la gente: la gente SE motiva, NO la motivamos!

La motivación y las competencias de la gente dependen en gran parte de sus líderes: ¡Solo el Cómo Hacer, el Saber, el Saber Hacer, el Saber Ser y el Querer Hacer llevan al resultado!

La motivación de la gente depende principalmente de cuatro factores:

La visión compartida: la persona se motiva si

- Entiende por qué tiene que seguir el camino propuesto por su líder y si entiende su contribución al resultado del equipo o la empresa.
- Siente que los productos y servicios que la empresa ofrece a sus clientes son de gran calidad.

El bienestar: la persona se motiva si

- Se siente escuchada, respetada, valorada, apreciada, respaldada y acompañada.
- Siente que la comunicación de la empresa es abierta y sincera.
- Está en un puesto de acuerdo con sus capacidades físicas e intelectuales.
- Su trabajo se convierte en una actividad que la hace crecer.
- Comparte los frutos del progreso.

La confianza: la persona se motiva si

- Se siente en confianza y la confianza nace de la transparencia: sin transparencia no hay confianza. La confianza genera compromiso y audacia. El compromiso y la audacia generan
iniciativas y, en definitiva, las iniciativas generan creación de valor. Pero recuerden: esa cadena empieza con la transparencia.

La ejemplaridad: la persona se motiva si

- Siente, por parte de su líder, integridad, honestidad, respeto, dignidad, empatía.

Para que la gente se motive y participe en la mejora de procesos, el estilo de liderazgo de quienes tienen gente a cargo debe evolucionar: ¡de jefes tienen que pasar a ser líderes!

¿Por qué?

Una empresa u organización es también una comunidad humana cuyos miembros están unidos por una visión, valores y proyectos compartidos, pero también por sentimientos y emociones, y la comunidad humana de hoy que compone la generación actual exige otro estilo de liderazgo.

En menos de 10 años, la generación de los millennials compondrá el 75% de la fuerza laboral mundial. Esa generación, para motivarse, necesita un líder que:

1. Escuche.

2. Respete.

3. Haga participar.

4. Acompañe y no solo exija. Acompañar es identificar si una persona:
- No sabe. Entonces, enseñarle
- No puede. Entonces, ayudarlo
- No quiere. Entonces, convencerlo, y si sigue en su postura, ayudarlo a encontrar otro camino.

5. Hace crecer a su gente capacitando, no solo sobre qué hacer y cómo hacerlo, sino también que explica por qué hay que hacerlo y por qué de esa manera.

6. Es ejemplar.

La generación actual ya no acepta a un jefe que lo único que hace es dar órdenes. No es que los jóvenes de hoy no quieren trabajar: es que no quieren trabajar en las condiciones que se les proponen. Quieren una actividad, no un trabajo.

Conclusiones

El líder debe estar:
No arriba - No abajo: Con su gente.

- El líder pone a los demás en movimiento
- El líder es el que logra que las personas hagan voluntariamente cosas que no harían normalmente.
- La misión del líder del siglo XXI es “construir” personas y no solo productos, enfocando su actividad sobre cada uno de los parámetros de la fórmula E = MC²P/D.
- Las empresas excelentes desarrollan a su gente y a sus proveedores.
- El líder cambia los procesos y los comportamientos para cambiar los resultados.
- Un buen líder del siglo XXI debe ser un experto en gestión y en comportamiento humano.
- Además, para comunicarse tanto con las máquinas como con la gente, debe estar actualizado en el uso de tecnologías modernas, especialmente digitales y redes sociales.
- ¡La calidad de las relaciones interpersonales y el bienestar no deben ser sacrificados, incluso en los momentos más difíciles!

Fotos: Viktor Hanacek

Estilos de liderazgo

El jefe del siglo XXEl jefe del siglo XXI
Presiona para lograr resultados
Habla y opina antes de escuchar
Ordena para resolver problemas
Repite los procesos
No delega
Busca culpables
Alimenta su propio ego
Inyecta energía
Escucha opiniones de otros
Piensa antes de hablar
Promueve la acción y acompaña
Desafía los procesos
Delega actividades, proyectos y
responsabilidades
Otorga autonomía y libertad
Busca causas
Alimenta el espíritu de equipo

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