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Delegación Mendoza: Un largo camino

En noviembre de 2019 se celebraron los 20 años de una fecha histórica: el día en que Michel Rolland, con sus propias manos, plantó la primera vid en el predio de Valle de Uco.

En 1999, Michel Rolland no tenía muy claro cuál era el camino: si bien sus socios en el proyecto contaban con amplia trayectoria en el negocio y lo conocían bien, no sabían dónde los llevaría esta aventura. Sólo estaban convencidos de que querían lograr un vino que expresara lo mejor que el Valle de Uco podía dar.

Y Clos de los Siete ha superado ampliamente ese objetivo.

Cuando llegó la primera cosecha, en 2002, decidieron hacer una marca común, que fuera un blend de los vinos que cada uno producía. El proyecto se hizo realidad y creció de manera sostenida durante todos estos años. Es sorprendente y también estimulante la recepción por parte de los consumidores, no solo argentinos, sino también de aquellos que eligen y disfrutan Clos de los Siete en todo el mundo.

Para respetar la decisión inicial de ungir al malbec como protagonista, cada año los propietarios exploran nuevos cortes, incorporando cepas como cabernet sauvignon, merlot, syrah, petit verdot y cabernet franc para lograr la frescura y el equilibrio que caracterizan a Clos de los Siete. Y si bien cuando lo soñaron pensaban en un vino para tomar joven, Michel sigue sorprendido con su excelente evolución. Degustar hoy la cosecha 2002 ó 2003 es una experiencia gratificante. El tiempo confirma que el camino elegido fue el correcto.

Nuevas generaciones, nuevos proyectos

También es interesante la dinámica de trabajo entre las cuatro bodegas que forman parte del Clos: Diamandes, Cuvelier los Andes, Monteviejo y Rolland Wines, todas lideradas por la mano experta de Michel Rolland en esa tarea artesanal de crear el mejor blend. Si bien lo comparten como asesor enológico, cada una es dueña de una personalidad diferente. Esta diversidad enriquece el resultado final. Los enólogos trabajan día a día para lograr el mejor aporte al corte, lo cual es un incentivo constante para subir la vara de la calidad, además de sumar múltiples matices al blend Clos de los Siete.

Durante estos años, para redoblar la apuesta, cada una de las bodegas ha desarrollado una propuesta turística y gastronómica que se ubica entre las más destacadas del país. Visitar Clos de los Siete, cabalgar entre sus viñedos, almorzar en alguno de los excelentes restaurantes y degustar los excelentes vinos que se producen en el Clos es una experiencia que ha sido destacada por los principales medios y críticos internacionales.

Pero este sueño aún tiene un extenso camino por recorrer. Para ello, se incorporan de forma continua las nuevas generaciones de las familias fundadoras Bonnie, Parent, Cuvelier y Rolland. Esta es una clara muestra de la renovación del compromiso con el país. Además, esta sangre joven aporta dinamismo, energía y diversidad al emprendimiento, augurando mucho años más de Clos de los Siete, desde el paraíso del Valle de Uco al mundo.

Fotos: Clos de los Siete, Valle de Uco / Dany y Michel Rolland

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