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Hoja de ruta en común - Entrevista con Jorge Faurie, nuevo Embajador de la Argentina en Francia

Descendiente de franceses y diplomático de carrera, el flamante embajador Jorge Faurie asume el desafío y el privilegio de representar a la Argentina en Francia en el contexto de una etapa de renovadas e intensas relaciones bilaterales.


Descendiente de franceses y diplomático de carrera, el flamante embajador Jorge Faurie asume el desafío y el privilegio de representar a la Argentina en Francia en el contexto de una etapa de renovadas e intensas relaciones bilaterales.

¿Qué representó la visita del presidente Hollande a la Argentina?

Ese viaje fue particularmente significativo: se trata de la primera visita de estado que tuvo lugar luego del inicio de la nueva gestión encabezada por el Presidente Macri, lo que puso de manifiesto la riqueza de la relación. Indudablemente, los vínculos entre ambos países se remontan prácticamente al nacimiento mismo de la Argentina como nación independiente, donde los ideales desarrollados en Francia estuvieron muy presentes. Este trazo histórico fue recorriendo los 200 años de historia desde entonces. Es clarísima la impronta cultural y de formación que ha dejado el país europeo en los sistemas educativo y de investigación locales, en especial en los dominios de la ciencia y la tecnología de punta como, por ejemplo, la cooperación espacial. Esto tiene que ver, además, con un pasado común acerca de la lengua francesa, lo que nos ha llevado a presentar nuestro pedido de admisión como observador de la francofonía.

Este vínculo es tanto cultural como económico. ¿Cuáles fueron las grandes decisiones tomadas durante la visita respecto del comercio y las inversiones?

Esta relación tan significativa entre ambos países en todas las áreas de los aspectos económico y comercial se traduce en las más de 250 empresas que forman parte de la CCIFA y en la cantidad de puestos de trabajo que generan las inversiones francesas en nuestro país. Todo esto quedó de manifiesto durante la visita oficial francesa, pero ambos presidentes, Macri y Hollande, coincidieron en que no era suficiente: se necesita de un salto cualitativo muy grande hacia adelante. De ahí surgió la idea de acordar una hoja de ruta económica, una expresión típica francesa que significa armar un cuaderno de encargos que ambos países debemos asumir para trabajar de manera específica en los proyectos. Dicha hoja de ruta nos orientó sobre cuáles son las nuevas áreas de cooperación posibles, dónde hay un proyecto de posibilidad de inversiones en planes de infraestructura de obra pública, en el sector de los servicios vinculados a la obra pública. Además, nosotros acabamos de anunciar entre las empresas francesas las oportunidades de inversión en materia de energía renovable, ya que la Argentina tomó el compromiso en la COP21 de trabajar para reducir el impacto ambiental en materia energética. Entendemos que las firmas galas tienen experiencia en lo relativo a energías renovables, algo que las hace potenciales interesadas en participar del plan de inversiones. Por otra parte, Francia, en el momento de la visita de Hollande, tuvo un gesto de apoyo significativo para con la Argentina, con el objetivo de que nuestro país se aproxime y trabaje más intensamente en el ámbito de la OCDE.

¿Qué implica pertenecer a la OCDE?

Implica cumplir con una determinada cantidad de compromisos, como son las buenas prácticas fiscales y en materia de agricultura, energía, insumos nucleares, ciencia y tecnología, comercio e inversiones, disposiciones de anticorrupción... Hay una suma de documentos elaborados dentro de la organización que están abiertos para la suscripción de los países que se aproximan, y la Argentina está empezando con esta tarea. Mientras tanto, vamos profundizando nuestra relación a través de la paulatina participación en los comités y la adhesión a los documentos.

A principios de junio, a pocos meses de la visita de Hollande, no solo la canciller sino también los ministros de Producción y de Hacienda y Finanzas estuvieron presentes en Francia para participar de diversos encuentros. ¿Es un signo más de la reinserción de la Argentina en el escenario internacional?

La canciller Malcorra acudió para dar seguimiento a las conversaciones entre los presidentes y los propios ministros de Relaciones Exteriores, además de avanzar en la definición de la hoja de ruta y presenciar la Semana de América Latina en Francia. También participó de un almuerzo en el MEDEF (movimiento de empresas de Francia), donde expuso frente a empresarios y funcionarios los nuevos lineamientos en materia de inversiones desde una perspectiva política: cuál es el nuevo escenario, cómo se presenta hoy en día la Argentina para recibir al inversor en general, y al inversor francés en particular; asimismo, contestó todo el abanico de preguntas que le hicieron. Durante esa misma semana, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, se reunió con Ángel Gurría, titular de la OCDE, y participó en uno de los paneles del 8o Foro Económico Internacional de América Latina y el Caribe, que estuvo enfocado este año a los “Nuevos Desafíos y Alianzas Innovadoras en un Mundo Cambiante”. En cuanto al titular de la cartera de Producción, Francisco Cabrera, vino a participar de la ronda anual de comercio –que habitualmente se desarrolla en Ginebra, pero dado el gran número de ministros presentes por el Foro económico, se realizó en París. Ambos funcionarios argentinos se reunieron además con sus contrapartes francesas, los ministros Macron y Sapin.

¿El marco financiero argentino acompaña estos objetivos?

La resolución del conflicto pendiente con los llamados “fondos buitre” ha brindado una posibilidad de reinserción a nivel oficial en la búsqueda de financiamiento externo de la cual estuvimos ausentes por años. Inmediatamente se dio una masiva participación en la compra de títulos y bonos argentinos en los centros financieros internacionales, lo cual es una ratificación de confianza. Es muy significativa la participación de fondos de inversión de origen galo, que han visto una oportunidad atractiva en el mercado financiero internacional. Actualmente se busca también inversión extranjera directa, sea de las empresas que ya estaban operando en el mercado argentino -del rubro que fueran, ampliando su capacidad operativa- o bien la llegada de nuevas firmas en función de las posibilidades que ofrece el cuadro de recursos naturales argentino, el de disponibilidad de una fuerza laboral capacitada e incluso de desarrollo tecnológico avanzado. Este desarrollo se vincula también con la investigación científica y técnica desarrollada entre la Argentina y Francia a lo largo de muchos años en los sectores de medicina, química, farmacéutica, biotecnología y nanotecnología; es decir, podemos transformar ese trabajo de ciencia pura de tantos años y con tanto éxito desde el punto de vista científico en algunas actividades de carácter productivo.

En este 2016 se cumple una fecha muy importante para la Argentina: ¿cómo se relaciona con el momento político que atraviesa el país?

Es el bicentenario de la independencia argentina. En lo personal, comparo la situación con un extracto de la famosa canción de Edith Piaf: “Je repars à zero” (Vuelvo a empezar de cero). Con esto me refiero a la vuelta de la Argentina como actor activo, como lo fue siempre, de la comunidad internacional: un socio interesante que aporta su nivel de desarrollo, el mercado del que dispone y una actitud creativa y de contribución al mantenimiento de la paz, a la cooperación internacional con desarrollos en ciertas aéreas de su saber técnico y científico que le otorgan relevancia, como lo es en materia nuclear y, últimamente, en materia espacial. Ambas tareas vinculan de cerca a argentinos y franceses: en este momento, en materia nuclear, nuestros países están trabajando de forma conjunta en un reactor experimental para una licitación en Sudáfrica.

El presidente Hollande vino acompañado por destacadas figuras argentinas que se radicaron en Francia, ¿Cómo interpreta ese gesto?

Fue una distinción que les hizo a los argentinos en general, y en particular a los que escogió. Eligió figuras representativas argentinas que se han destacado allí en cada uno de los campos -deporte, cultura gastronómica, danza, música- que construyen el puente entre ambos países; incluso mantiene vínculos de simpatía o amistad personal con muchos de ellos. En paralelo, el maestro Seguí, a quien se le dedicó la muestra que se inauguró en ocasión del 25 de mayo, fue distinguido por el Senado de Francia, que le entregó una medalla de reconocimiento por su contribución al vínculo entre la Argentina y Francia.

A nivel personal, ¿cuáles son sus expectativas y metas como nuevo embajador de la Argentina en Francia?

Yo soy descendiente de inmigrantes franceses, y es un orgullo estar aquí en calidad de representante de los argentinos ante el gobierno francés y su pueblo. Quisiera que esto se tradujera en un crecimiento de la relación bilateral, no solo por las nuevas iniciativas que podríamos tener sino también para crear un sentimiento de profunda amistad o ratificar ese mismo sentimiento que debe unir a los franceses con los argentinos, como un círculo que vuelve a encontrar su punta en sus orígenes.

PERFIL

Jorge Faurie es un diplomático de Carrera. Egresó del Instituto del Servicio Exterior de la Nación en 1976 después de estudios  de abogacía.  Ocupó varios puestos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y en las embajadas argentinas en países vecinos (Chile, Brasil) e incluso fue Director de Mercosur – SUBIE ‐ de 1992 a1994. Durante el gobierno del presidente Carlos Menem se desempeño como Director nacional de ceremonial,  y luego fue nombrado embajador en Portugal.  El nuevo embajador habla francés con fluidez así como inglés, portugués, italiano y rumano.

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