Publicaciones  •  Sectores económicos

Ganadería, el despertar de un gigante dormido

Históricamente, la carne argentina ha gozado de fama mundial, además de ser elegida por los paladares más exigentes. Tras un período negativo, el sector busca recuperar el protagonismo perdido y ganar mercados.

La producción de carne en la Argentina se encuentra ante un desafío histórico. El mundo demanda alimentos en general, y carne vacuna en particular.

Transcurrido el primer año del nuevo gobierno, que comenzó por eliminar las restricciones a las exportaciones, la cadena de la carne comenzó su proceso de reconstrucción. Las señales de este proceso se perciben en la caída del volumen de faena, en particular en las categorías más jóvenes de hembras, que son reservadas para incrementar el volumen de vientres para producir más terneros, para los próximos años.

Hubo una serie de cambios que impactaron positivamente en el negocio:
• Mejora del tipo de cambio neto: se implementaron reembolsos a la exportación de carnes cuya tasa varía en torno del 4,5%, según  el tipo de proceso industrial. Esto incrementará el ingreso neto de las exportaciones. Se espera que la baja de la inflación y de las tasas de interés completen la recuperación.
• Control de la informalidad: con la creación de la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario (SUCCA) se pusieron en marcha una serie de medidas acordadas con la AFIP, que fueron consensuadas con la Mesa de Ganados y Carnes (que reúne a la producción, la industria, los sindicatos y el comercio de carne vacuna, aviar, porcina y ovina). Estas medidas de control permitirán transparentar el mercado de carnes.
• La oferta futura de novillos ya ha iniciado un lento proceso de recuperación y se espera un moderado incremento en el stock de novillitos y novillos de cara al próximo año, estimado en unas 300 a 400 mil cabezas más que las existentes a marzo de 2016. Esta tendencia creciente se irá consolidando en los próximos años. En 2017, la tensión entre la demanda (para consumo y exportación) y la oferta acotada mantendrá los precios del ganado en precios sostenidos para todas las categorías, generando buena renta para los productores.

En los años siguientes, la oferta comenzará a crecer a favor de un stock en recuperación, y es en ese escenario donde el crecimiento de la demanda exportadora será decisivo en la formación de precios. Se espera que para 2018 las exportaciones superen el 15% del total de carne disponible (hoy no supera el 10%), con una participación que seguirá creciendo hasta volver al histórico rango del 20%.

HACE FALTA UN HORIZONTE DE PREVISIBILIDAD DE 10 AÑOS HACIA ADELANTE PARA QUE LA GANADERÍA BOVINA PUEDA TOMAR EL SENDERO DEL CRECIMIENTO SOSTENIDO.

Aumento del consumo

De acuerdo con los análisis de FAO-OCDE el consumo de carnes crecerá cerca del 4% por habitante y año, sustentado por el fuerte crecimiento del proceso de urbanización en los países emergentes, particularmente de Asia, África y Latinoamérica. Este proceso, basado en el desplazamiento de personas que pasan de trabajar en áreas rurales a hacerlo en ciudades, permite incrementar sus ingresos más de 3,5 veces y acceder al consumo de alimentos de mayor valor, particularmente de proteína animal. El desequilibrio entre el crecimiento de la demanda y la limitada capacidad de respuesta de la oferta sostendrá los precios al alza. En la última década, el mercado internacional de carne vacuna creció un 43%, al tiempo que los precios (FAO index prices) superaron el 60% de aumento.

A estas perspectivas debemos adicionarle el inminente ingreso de las carnes argentinas al circuito de importaciones de mayor valor, círculo que integran EE.UU., Canadá, México, Corea del Sur y Japón, entre otros; esto representa el 35% del volumen y cerca del 45% del valor, ya que son los que pagan los mayores precios del mercado.

El panorama para los años venideros

Teniendo en cuenta las variables señaladas, se desarrolló un análisis exhaustivo del potencial de la producción de carne en nuestro país. A continuación se plantean tres escenarios con diferentes producciones totales de carne y distintos niveles de exportación. El primer escenario se corresponde con la situación actual, mientras que el escenario A estima una producción total de 5 millones de toneladas. El crecimiento se basaría en un aumento de la productividad forrajera -es decir, el alimento para el ganado- del 40%: esto elevaría fuertemente el stock de vacas y su productividad (75% de destete). En este esquema, el sistema de engorde supone que toda la recría se realiza a pasto (350 kg el macho y 240 kg la hembra) con terminación a corral (430 kg el macho y 350 kg la hembra).

En el escenario B se considera que todo el rodeo nacional pasaría a un alto nivel de productividad, con 84% de destete: la producción de forraje se incrementaría en un 70% respecto del escenario actual, similar al rendimiento que tienen los productores de punta. El esquema de engorde sería similar al escenario anterior, y la superficie ganadera se mantendría con la tasa de disminución de los últimos años. Este crecimiento supone una demanda creciente de grano de maíz, a partir de la situación actual.

A corto plazo es posible trazarse un objetivo de 5 millones de toneladas de producción, generando 12.500 millones de dólares de exportación, y, en el mediano plazo, 8 millones de toneladas de producción, equivalentes a una exportación de 27.500 millones de dólares. La mejora de los índices reproductivos y el incremento de la producción de forrajes son las dos bases de sustentación del crecimiento productivo.

Declive de la capacidad exportadora argentina

En su historia, la Argentina exportó entre el 6 y el 30% de su producción. El desafío es exportar el 70%, que los argentinos sigamos consumiendo la misma cantidad (60 kg/hab/año) y a menor precio, a través del mayor valor que paga el mercado internacional por los cortes más costosos.

Para alcanzar altos potenciales de producción de carne, la tecnología de producción está disponible y ya es usada por los productores medios.

LA MEJORA DE LOS ÍNDICES REPRODUCTIVOS Y EL INCREMENTO DE LA PRODUCCIÓN DE FORRAJES SON LAS DOS BASES DE SUSTENTACIÓN DEL CRECIMIENTO PRODUCTIVO.

Cuando la producción agrícola en los años 80 estaba en 30 millones de toneladas (soja, maíz, trigo y girasol), llegar a los 100 millones parecía un sueño imposible. Sin embargo, pasamos de los 44 millones en los años 90 a más de 100 el último año. Ahora, a partir de las medidas que empezaron a equiparar al agro con los demás sectores de la economía, estamos por alcanzar una cosecha superior a los 120 millones de toneladas.

El crecimiento de la producción argentina tuvo lugar gracias a cambios que no fueron solo tecnológicos, sino también organizacionales. Surgió con fuerza la figura del arrendatario, que fue la manera de incorporar gerenciamiento y capital para una mayor eficiencia del negocio. Seguramente, el rubro ganadero sufrirá cambios profundos que nos llevarán por un camino diferente al actual para alcanzar, en los próximos años, los potenciales de producción señalados.

El crecimiento está ligado al gerenciamiento, a la capacitación, a la producción de pasto y a su interacción con el grano y suplementos, así como con el manejo reproductivo y sanitario. Pero es indudable que hace falta un horizonte de previsibilidad de 10 años hacia adelante para que la ganadería bovina pueda tomar el sendero del crecimiento sostenido. La producción de carne es de largo alcance y la historia nos demuestra que no fue bueno que esté atada a las decisiones de los funcionarios de turno.

En un hecho inédito en la historia de la cadena de la carne, 25 instituciones (las entidades gremiales que conforman la Mesa de Enlace, la Cámara de Productores de Pollo, todas las Cámaras Frigoríficas, las tres Cámaras de Consignatarios, los gremios de empleados de la industria de la carne, el gremio de los empleados rurales, AACREA y las cuatro asociaciones de criadores más importantes de genética vacuna) acordaron un documento común donde plasmaron los consensos a los que llegaron y lo pusieron a consideración de los distintos partidos políticos. Hoy son tomados como base de las políticas públicas a llevar adelante por el nuevo gobierno.

Propuestas

1. Satisfactoria oferta de novillos pesados para faena cuyo stock ha caído a menos de la mitad (+ kg por cabeza faenada), incremento de la producción y la productividad del rodeo vacuno (+ terneros).
2. Control de la reglas de competencia en todas sus formas, garantizando un trato equitativo para los operadores.
3. Mejora de la calidad institucional y derogación de normas que distorsionan la producción, el comercio y las inversiones.
4. Mejora de acceso comercial y sanitario a los mercados.
5. Incrementar el empleo formal eliminando la precarización y poniendo especial énfasis en la capacitación de los operarios. Asimismo, crear las condiciones para recuperar a los productores caídos en los últimos años, para fortalecer el arraigo regional

Las cinco propuestas fueron desarrolladas en el documento “Políticas públicas para que el sector Carnes Vacunas exprese todo su potencial”.

Vamos por el buen camino, aceleremos, profundicemos los cambios y seremos en el mediano plazo un renovado y protagónico actor del negocio de la carne mundial.

Documentation

Download Perspectives_1215_dossier-web.pdf  (PDF • 521 KB)

MÁS NOTICIAS:

Share this page Share on FacebookShare on TwitterShare on Linkedin